Desafío - Desamor (COMPLETO) - Caballero 3-0 patanegra

What is love? Baby don’t hurt me, don’t hurt me, no more…


Rutina es una historia de desamor plasmada en un trabajo que juega con la poesía y la fantasía. El mensaje que transmite se impulsa por las acciones de los protagonistas antes sus respectivos corazones. Una historia que toca, pero con un gran pero a mi parecer, y es la dificultad de identificar las piezas de la historia. Ese “suyo” y ese “él”, no llego a ver claro si hacen referencia a la persona de la primera frase o a su compañero/a en esta aventura.


Pregúntaselo a las flores utiliza un juego de palabras para presentar su historia de desamor. Un micro sencillo y directo al que, bajo mi punto de vista, le pesa, precisamente, el juego de palabras que le sirve de guía. La historia se mueve a medio camino entre el drama y el humor (no porque sea humorístico, sino por lo explícito de la palabra “capullo”), y no acaba de funcionar sólidamente en ninguno de los dos géneros.


Mi voto para Rutina, ya que considero que ofrece algo más de profundidad.

Confieso que me ha pasado lo mismo que a Rapso a la hora de leer Rutina: soy incapaz de saber a ciencia cierta quién habla, de quién es cada corazón, etc. En realidad la historia no se pierde (uno lo tiene por reparar, otro roto y en la basura), pero cualquier confusión de este tipo hace sufrir el ritmo de un microrrelato. Por otro lado, y esto es más una cuestión de preferencia personal, sigo sin ser un gran aficionado a la "materialización" de las cosas abstractas (un corazón de los que se rompen es en realidad un ente abstracto); me parece un recurso sencillo, manido. En cualquier caso el micro es de lectura amable, y tiene la capacidad de dejar una sensación de tranquilo desasosiego con esa referencia a la rutina.

Pregúntaselo a las flores está bien escrito, y en cierto modo cuenta una historia (él se ha equivocado, ella se aleja, la naturaleza le recuerda sin piedad que ha sido culpa suya). El protagonista no espera nada porque conoce bien la respuesta, y con la última palabra llega la confirmación irónica de sus sospechas. Este es un micro corto y efectivo, y al autor se le nota cierta familiaridad con el género, pero no consigo sacudirme la sensación de que su principal punto de apoyo es ese juego de palabras, que esa es la idea que apareció primero y solo después hubo un tímido intento de construir una historia alrededor.

Mi voto es para Rutina, a pesar de que lo creo mejorable.