Desafío - Venganza (COMPLETO) Argus 1 - Peluche 2

Venganza, que aúna título y tema, es un microrrelato de manual. En pocas palabras comprendemos la situación de salida, llevados por pequeñas pinceladas que nos sitúan en un contexto literaria y socialmente conocido. Es precisamente esa comodidad, esa sensación de familiaridad, la que rema a favor del autor para dejarnos lo más alejados posible de intuir el desenlace. Ese suicidio mirando al enemigo a los ojos, sonriendo, ese oxímoron de autoestima de la que muere a un tiempo por otro y por sí misma, son detalles de mucha calidad. Gran micro.

Su rival, Invencible, es blanco, sutil, casi preciosista. Apuesta fuerte por el positivismo y por esa imagen, simplemente hermosa, sobre la que descansa el micro. Me ha encantado, y me ha hecho pensar si la educación emocional de nuestros niños no debiera ir por ahí, por la sonrisa tozuda y luminosa que exponga, poco a poco, la incoherencia y el sinsentido del abuso escolar. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero alguien tendrá que empezar por ponerle un par de palos a la rueda.

Muy, muy difícil elegir; mis disculpas por adelantado al otro justero. Por gusto personal me quedaré con el ingenio de Venganza ante la técnica del micro rival, aunque ambos aspectos son fundamentales en este género.

He hecho algo malo. Y mis compañeros se han vengado de mí, dejándome este duelo para romper el empate. No me cabe duda de ello.


Venganza es un micro excelente. El autor juega con el engaño desde el primer momento, y lo hace muy bien. El giro final llega como un mazazo, y otorga una lectura del micro completamente distinta. Me encanta la puntuación del relato; creo que las pausas escogidas hacen avanzar la trama con el ritmo exacto. Un muy buen trabajo, al que le afea un poco la tilde perdida en “llevo”.


Invencible es una historia encantadora. Me cautiva cómo el autor ha conseguido plasmar una escena de superación, sin recurrir para ello a la lágrima fácil, el efectismo, u otras técnicas de artificio. Es una historia tan sencilla como soberbia. Un relato que, una vez leído, dices “Ah, ¿ya está?”. Sí, ya está. Y ahí radica su grandeza.


Un duelo tremendamente igualado. Para mí, de empate. Al final me quedo con Invencible. Quizás su historia sencilla me gusta más que la excelentemente tejida de su rival. Y, sobre todo, en caso de duelos tan ajustados, errores como el comentado anteriormente ayudan a decantar la balanza.

Agradecido a los señores jueces y nobles visitantes. Ha sido un honor justear contigo Argus, ¿nos achuchamos como buenos amigos?