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Escrito por Antártica el Mar 18, 2018 0:19:02 GMT 1
¡Bienvenidos, supervivientes! Agarrad bien las riendas y manteneos firmes sobre vuestras monturas. La hora de la verdad ha llegado. ¡Comienza la primera ronda! La emoción se palpa en el ambiente, y sabemos que cada uno de vosotros la canalizará de una manera distinta. Queremos que expreséis cómo os sentís de la mejor forma: con la pluma afilada y derramando tinta. Pasad pues y elegid de entre todas estas emociones la que despierta vuestra inspiración.
El primero que llegue a un desafío escribirá sobre una de las dos emociones presentadas. Esta debe tener peso específico en la historia. Os pedimos que se palpe y se respire entre líneas. El segundo justero en llegar elegirá la que quede libre.
¡Suerte y a por todas!
Amor Odio
El plazo para colgar el micro finaliza el sábado, 24 de marzo, a las 23: 59
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Argus
Caballero
Posts: 75
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Escrito por Argus el Mar 24, 2018 0:54:06 GMT 1
Tema: odio
Judith
Él la declaró su amor. Ella le rechazó delante de toda la escuela.
Ahora por fin las tornas han cambiado. Se vengará de ella, de sus padres, de toda su maldita raza si hace falta. Sonriendo satisfecho, se cala su gorra de las SS y se dispone a trabajar.
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Escrito por Rapso el Mar 25, 2018 23:20:38 GMT 1
Os quiero… ¡pero os mataré!
Catábasis me ha enseñado la palabra catábasis, lo cual, de entrada, ya es de agradecer. El micro, sin embargo, me resulta confuso. Me encanta la mitología griega, y me ha dado especial rabia no haber podido desenmarañar el ovillo. Tras unas primeras frases apoteósicas (genial ese “Descendió como el veneno por su garganta”), el giro tiene una frase final que me desconcierta. Si presuponemos que quién baja a por su amado es una mujer, no entiendo por qué el conocer a Perséfone recompensa sus esfuerzos. Intuyo una revisión del mito de Orfeo, pero no soy capaz de llegar al fondo. Con esa tara por mi parte, rescato la excelente narración y la conseguida ambientación.
Judith narra una historia de amor/odio entre una judía (buen título) y un oficial nazi; de cómo fue su infancia y su posterior reacción como adultos. Ciertamente, pocas cosas escenifican mejor el odio que la Alemania nazi. Como historia, aunque bien ambientada, resulta un tanto manida, por lo que su lectura no deja un poso excesivo. En lo formal, destacar el laísmo criminal de la primera frase. Un error de bulto que, a mí por lo menos, me ha lastrado la lectura por entero.
Me voy a quedar con Catábasis. Pese a no haber sido capaz de desentrañar la historia, valoro que se trata un micro escrito con solvencia. A Judith, pese a ser mucho más claro, le pesa muchísimo el error comentado y su historia algo repetida.
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Escrito por Antártica el Mar 26, 2018 15:11:03 GMT 1
En Catábasis el héroe/ heroína desciende al inframundo a través del suicidio (genial forma de expresarlo con ese veneno bajando por su garganta) y lleva al lector a lo largo de su viaje. Una búsqueda del amado que parece encontrar sentido al hallar a Perséfone. Y, sin embargo, tal descubrimiento a mí se me escapa. Porque no entiendo en qué momento el objeto de ese rescate cambia y la diosa es quien lo compensa todo. Debe haber algo que me ha pasado desapercibido del protagonista y que me impide ver el sentido que el autor pretendía con su micro. En la última frase, pondría una coma después de “Perséfone” para separar la oración principal de la subordinada.
Sin duda Judith presenta la venganza como una buena expresión del odio, y, aunque hay que estar muy tarado para acumular un rencor así y devolverlo de forma tan mezquina, el autor ha usado bien esa emoción. Después de todo, el rechazo que sufrió en la infancia es solo la excusa para justificar su locura antisemita. En lo formal, hay un claro laísmo en la primera frase; debería decir “Él le declaró su amor”.
En este duelo me decanto por el cuidado de la redacción y por la originalidad del tema, aunque no he podido desvelar el fin último de Catábasis, la historia es hermosa y se erige sobre su rival, atravesado de lado a lado por ese uso impropio de la función de complemento indirecto femenino. Para Catábasis es mi voto.
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Escrito por Jorgito el Mar 27, 2018 23:43:46 GMT 1
Bueno, nos vamos a lo fundamental. Ámame como odian los amantes, que decía Sabina cuando era Sabina.
Catábasis se recrea en el recurso, siempre efectivo, de la reescritura de los mitos. En este caso, nos encontramos con toda la parafernalia del Hades: la barca, el barquero, el río, el perro de tres cabezas. La historia parece remitir a la catábasis de Orfeo, que es la conocida, pero no queda claro cómo encajaría esto aquí. Yo prefiero darle una interpretación libre y pensar que el/la enamorado/a que desciende acaba conquistado por Perséfone, olvidándose así de su misión original. También es verdad que ese veneno iba a hacer complicado volver a la superficie... En cualquier caso, bien redactado y con destellos notables.
Judith se me hace (a mí personalmente) menos original de lo que podría, creo, porque yo escribí un micro parecido en la final de la anterior edición de la Sortija. ¡Obviamente, no puedo decir que no me guste la idea! La imagen de ese oficial de las SS calándose la gorra sonriente es en parte efectiva y en parte extraña, a no ser que se trate de un psicópata (nada descartable ni infrecuente en un alto mando de las SS). Me gusta el ritmo del relato y su redacción, que sí tiene un par de errores de caso en la primera frase. Este es un buen ejemplo para mostrar lo caprichoso que es el prescriptivismo lingüístico: la mayoría de la gente es capaz de detectar el laísmo (el uso del pronombre acusativo donde correspondería el dativo "le", porque "ella" es en este caso el indirecto), pero casi nadie ve leísmo en "le rechazó delante...". Y sin embargo, lo hay. ¿Qué (nos) pasa, entonces? Pues que este tipo de leísmo es tan habitual, incluso (y esto es clave) entre la gente culta, que nos pasa desapercibido. ¿Y qué dice la RAE? Pues la RAE dice que, como se usa tanto, inclusive entre escritores y gente de alto nivel cultural, pues haremos una excepción y diremos que el leísmo, si es con un sujeto animado, es aceptable. Vaya por delante que a mí no me molesta ninguno de los dos.
[/señor aburrido]
Mi voto es para Catábasis, pese al cripticismo.
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