RONDA 1 - Empatía / Desidia - Victoria para La Castafiore

Tenemos que hablar
Ya recogerían la mesa mañana. Pero nunca lo hacían. Al día siguiente, colocaban vajilla limpia sobre la sucia. Desde altas banquetas alcanzaban la cumbre de la montaña de platos. Así, manteniendo el equilibrio y disimulando el asco, evitaban pronunciar la nefasta frase antes de irse a dormir.

Uff… es que no me apetece nada juzgar, la verdad… aunque claro, vosotros lo estaréis esperando, pobres… Va, voy.


Tenemos que hablar nos presenta la historia de una pareja que evita a toda costa enfrentarse a su realidad. La forma que tiene el autor de plasmarnos este hecho resulta de lo más original, haciendo crecer platos y platos para evitar el contacto visual claro que pudiese llevar a una conversación que, irremediablemente, se iniciaría con el título. Es una escena muy bien plasmada, y la excelente última frase condesa a la perfección el micro. No me convencen tanto las primeras frases, en el que las pausas impiden que el relato avance con fluidez. Por otro lado, tengo mis dudas de que sea la desidia lo que está flotando en el ambiente.


Sosias es un micro muy original. La historia de dos similares que llevan la empatía hasta las últimas consecuencias. Me gusta mucho cómo el relato se mueve continuamente en esa línea de humor fino. La última frase me parece buenísima. Un relato muy bien montado, con gran ritmo y pocas fisuras.


Es un duelo difícil. Ambos son grandes historias. Me voy a decantar por Sosias. Siendo ambos relatos muy bueno, este segundo lo veo mejor centrado en el tema escogido.

Duelo por todo lo alto (de la montaña de platos) entre estos dos impresionantes justeros. Ante todo mi enhorabuena, bien de talento por aquí.

Tenemos que hablar escoge su título con maestría, y lo retuerce sin esperanza hasta que la desidia gotea, terrible y corrosiva, por todo el relato. Me encanta la redacción, impecable; esos epítetos bien escogidos; esa coordinación (manteniendo el equilibrio y disimulando el asco) que expone de pleno la metáfora en la que se envuelve el micro. Moralmente duro de leer, pero un placer al fin y al cabo.

Sosias entra en este reto echando la puerta abajo, con una interpretación del tema fantásticamente ajustada y un estilo maravilloso, a caballo entre la informalidad y el cultismo, cargado de sorna. Es original, tiene un ritmo muy bien marcado y un remate especialmente brillante (y gracioso), en el que esa empatía psicosomatizada cruza el umbral (nunca mejor dicho) e invierte por completo a los protagonistas. Ni de su propia muerte puede disfrutar el hombre.

Ha sido muy, muy difícil decidirme, especialmente sabiendo que este era el punto que inclina la balanza. Al final, me quedo con el plus de originalidad de Sosias.

El micro de PoliEnCubierto me pareció una maravilla. Realmente difícil la labor de los jueces en este duelo.

Muchas gracias señores jueces. Sé lo difícil que ha de resultarles juzgar. Me entristece abandonar la competencia central, pero es un orgullo hacerlo con unos comentarios tan generosos de vuestras señorías y ante una rival de la envergadura de la gran diva.
(Los jamones... me los podéis devolver a vuelta de correo)

No soy muy amigo de comentar los otros duelos (por si en un tropiezo dejo caer la máscara), pero tengo que decir que Tenemos que hablar es mi micro preferido de esta ronda. Sin desmerecer el micro rival, por supuesto.