Desafío - Cuéntame y te cuento (COMPLETO) - preg. 0-3 Farab.

Cuéentamee un cueento y veráás qué conteentoooo…


Encontramos en Cálculo un relato con un fondo atractivo y una forma cuanto menos curiosa. En esta escena, el hombre frente al espejo se pregunta. Sobre sí mismo, sobre la vida… Ante esta acumulación de cuestiones, su reflejo le contesta con cierta dosis de sarcasmo. Un “¡espabila!” en toda regla. Es una buena reflexión sobre la falta de iniciativa. Ahora bien, lo que llama la atención en este micro, es la cacofonía continua y exagerada del mismo. Doy por supuesto que voluntaria, ya que el mismo título del Desafío ya juega con ello, pero algo fallida bajo mi gusto. En ciertos momentos, el micro se acerca más al trabalenguas que al relato. Por otro lado, echo en falta un hilo conductor más claro, tanto en la primera frase del diálogo, como en la respuesta del espejo. También echo en falta alguna que otra coma.


Mil dos me parece un micro muy elegante. El autor se adueña del vocabulario y el estilo de las Mil y una noches para crear un capítulo más, tal y como indica su título. Y lo hace con una historia tierna, que se sitúa a la perfección como ficticia continuación. Un buen relato que homenajea bien al libro de cuentos por excelencia, y al que le afea un poco el uso de “secado” y “secó” tan y tan cerca.


Mi voto para Mil dos.

Ay, ¡que se me había pasado este duelo!

Lo único que diferencia este desafío del de "Narradores de historias", en realidad, es el doble sentido que ha decidido explotar el autor de Cálculo. En ese sentido, el juego está bien construido, y la aliteración encadena el relato con bastante acierto. Sin embargo, estos recursos formales se agotan pronto, y entonces queda solo la historia. Es en ese punto donde el relato pierde más fuelle: la escena vuelve a un tema recurrente, mil veces explorado, de la disociación en el espejo y la introspección proyectada sobre nuestro "otro yo" (porque todo el mundo reflexiona mejor conversando). Bien de originalidad, correcto en ejecución, (yo diría que) flojillo de mensaje.

En una interpretación más literal del tema, Mil dos vuelve a las Mil y una noches para preguntarse qué hay después. El recurso de cerrar con la apertura por excelencia remite a lo cíclico, y al carácter esencialmente infinito del concepto de las Mil y una noches. Una buena idea, ejecutada con dulzura, y como dice Antártica muy, muy bien ajustada al tema.

Me quedo con Mil dos.