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Escrito por Ana Conda el Nov 6, 2018 17:19:03 GMT 1
El psiquiatra
Es el mejor momento del día. Lo saborea como el que derrite en la boca una pastilla de chocolate a escondidas. Cierra la puerta del despacho, marca el número que sabe de memoria y se dispone a disfrutar, con la complicidad de su mejor enemigo, del silencio recíproco.
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Escrito por maister el Nov 10, 2018 10:10:55 GMT 1
Piruletas
El frasco está casi vacío; toca renovar.
La de color verde te sienta mejor: tómate dos de frente y una boca abajo. En caso de duda, no lea el prospecto y llame a su abuela. Si contaste mal, vuelve a empezar de aquí a ocho horas. No vale repetir.
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Escrito por piradaperdida el Nov 17, 2018 16:49:19 GMT 1
“El psiquiatra” es un original relato de rivales de profesión hermanados en el mutuo entendimiento de lo que más les falta en su jornada laboral: el silencio. Personalmente me ha evocado la «enemistad íntima» de Jung y Freud, y lo que más destacaría es el símil de la pastilla de chocolate, que me parece muy acertado. La puntuación es correcta pero creo que no acompaña: hay un contraste muy grande entre las frases cortas del principio y la frase del final, que para mi gusto tiene demasiadas comas. La diferencia de ritmos es algo que normalmente me gusta mucho si las pausas se aprovechan para atraer la atención del lector, pero en este caso creo que ocurre al revés.
“Piruletas” es un texto surrealista encantador que me recuerda al mejor Carroll y que es una especie de ejercicio paródico de los prospectos de los medicamentos. Hay ciertos detalles que interpreto que van encaminados a ironizar sobre la automedicación, una idea muy interesante. Sin embargo, más allá de esto me cuesta ver una historia detrás. Y me choca la combinación del tuteo y el ustedeo, este último impuesto por el guiño a la conocida frase de las autoridades sanitarias.
Mi voto para “El psiquiatra”.
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Escrito por Aissa el Nov 20, 2018 1:01:28 GMT 1
Me cuesta entender El psiquiatra. No sé quién es ese mejor enemigo y por qué al llamarlo, ambos guardan silencio. Comprendo que puede tratarse de otro psiquiatra y que ambos necesitan dejar de escuchar pacientes y se desahogan de este modo, pero no le encuentro sentido. Si vas a guardar silencio, ¿para qué necesitas hacer una llamada? Me falta información. En cualquier caso y a pesar de eso, está bien escrito y tiene alguna frase interesante.
Piruletas es un relato en el que no encuentro historia más allá de alguien que está enganchado a las pastillas y las toma a discreción. No entiendo la narración en segunda persona. La entendería si implicase al lector a modo de que se sienta aludido por el relato, pero no me parece que narre algo con lo que muchos puedan identificarse. La alternancia entre el uso del «tú» y del «usted», aunque comprendo que se hace para emular a los anuncios sobre medicamentos, me parece del todo innecesario.
Mi voto es para El psiquiatra.
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Escrito por Lunera el Nov 23, 2018 18:44:19 GMT 1
El psiquiatra parece liberarse de toda la conversación recibida a lo largo de la jornada manteniendo un contacto silencioso con alguien. Es una idea ingeniosa, pero demasiado rebuscada. Creo que hubiera funcionado algo mejor con un psicoanalista que con un psiquiatra, puesto que estos últimos no suelen escuchar tanto a sus pacientes como los primeros.
Piruletas tiene una idea interesante, pero poco aprovechada quizás sean pocas cincuenta palabras para ello, quizás no se hayan aprovechado del todo bien. Me despista el cambio del tú al usted que se podría haber evitado usando la primera persona en lugar de la segunda.
No son micros desdeñables, pero ninguno termina de convencerme. Mi voto va para El psiquiatra porque tiene una historia más elaborada.
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Escrito por Ana Conda el Nov 23, 2018 20:53:53 GMT 1
Muchas gracias a las tres juezas por sus votos. Apunto que si algún día me da por hablar mejor voy a un psicoanalista y que mis pausas no son muy del gusto de sus señorías. Y a mi contrincante, le invito a unas gominolas en la taberna.
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Escrito por maister el Nov 24, 2018 1:45:48 GMT 1
Hache, aunque sus chuches prescritas le hagan de buen ver, sus silencios no esconden lo que realmente piensa su psiquiatra de usted. Mis sinceras felicitaciones por su progreso. Siga esforzándose en la siguiente ronda y clávele profundamente la lanza al justero impostado. Mil gracias, Señoras.
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