Final de la jueza Mizaru - Talk me dirty
Jun 14, 2019 21:55:47 GMT 1
Escrito por Pinkie Pie el Jun 14, 2019 21:55:47 GMT 1
El amor se demuestra con hechos. No pueden aparecer en el micro los verbos amar, querer, adorar ni enamorar, ni sinónimos ni sustantivos o palabras derivadas. Sin embargo, debe quedar claro que es una historia de amor.
El amor es caprichoso. Da igual que el ser amado del protagonista del micro sea alguien del sexo opuesto, de su mismo sexo, una cabra o un cadáver, lo que vosotros queráis. Esta mona no se escandaliza por nada.
El amor es imprevisible. Que la ambientación sea sórdida no quiere decir que el micro tenga que ser trágico, ni que tenga que estar lleno de sexo o muerte. Puede tener un final feliz. O no. Lo dejo a vuestra elección.
Cariño, dime guarradas. En el micro debe haber al menos dos palabras malsonantes. En el sentido más amplio del término, me vale desde “joder hostia puta” a “caca culo pedo pis”.
No olvidemos a los animales. En el micro debe nombrarse al menos un animal, da igual si es en sentido figurado o literal, pero tiene que aparecer la palabra.
El primero en llegar elige. Uno de los micros debe estar protagonizado por un hombre y el otro por una mujer. Uno de ellos debe estar narrado en primera persona y presente; el otro, en tercera persona y pasado. Si en el micro queda cualquier duda respecto al género, por favor especificadlo fuera del relato para que el otro finalista tenga claro qué opción le queda.
Tenéis de plazo hasta el viernes 21 de junio a las 23:59. Y si os queda alguna duda, preguntad sin miedo aquí o en Dudas y sugerencias. Eso sí, en braille.
Para inspiraros, os dejo un puñado de frases románticas de Palahniuk.
«Otra cosa es que, por mucho que creas que quieres a alguien, te echas atrás cuando el charco de su sangre se acerca demasiado».
«Es fácil llorar cuando te das cuenta de que las personas a las que quieres acabarán por rechazarte o morirse».
«Se trata de una especie de triángulo amoroso: yo quiero a Tyler, Tyler quiere a Marla, Marla me quiere a mí.
Yo no quiero a Marla, y Tyler no me quiere aquí, ya no. Se trata de una cuestión de cariño más que de amor, de propiedad más que de posesión».